Cementerios por el Día de la Madre

Día de la Madre

Poesía por el Día de la Madre

El próximo 4 de mayo, el primer domingo de mes, Bilbao Zerbitzuak volverá a rendir homenaje y a recordar a las madres que ya no están con un nuevo recital de poesía femenino que acogerá la capilla del cementerio de Bilbao. El encuentro, a las 12:00 horas, brindará a las familias un ambiente de paz y tranquilidad y un espacio donde sentirse arropadas por el calor y cariño de sus seres queridos.

El recital correrá a cargo de la Asociación Artística Vizcaína, quienes entonarán 15 poesías. En esta ocasión, las voces que acompañarán a los rapsodas serán las de las mujeres del coro femenino LauKote, con 5 piezas musicales.

Una vez termine el acto, se entregarán 100 ramos de margaritas o flores variadas a las personas asistentes, hasta agotar existencias.

El Día de la Madre es una fecha marcada en el corazón, no solo por lo que celebramos, sino también por lo que sentimos cuando ella ya no está físicamente a nuestro lado. Para muchos, este día no se llena de flores entregadas en mano ni abrazos compartidos, sino de recuerdos, silencios que hablan más que las palabras, y un amor que, aunque duele, sigue intacto.

Cuando una madre parte, no lo hace del todo. Su voz se queda en nosotros —en cada consejo que resuena cuando más lo necesitamos, en cada caricia que la memoria revive con una nitidez que asombra. Está en los gestos que heredamos sin darnos cuenta, en las formas de cuidar a otros, en la manera en que enfrentamos la vida. Porque una madre no solo da la vida: nos enseña cómo vivirla.

Y aunque su ausencia puede parecer un vacío imposible de llenar, el amor que nos dejó se transforma en fuerza. Su ejemplo, su entrega, su forma incondicional de amar, se vuelve guía cuando todo parece desorientado. Por eso, el Día de la Madre también es para quienes la llevan dentro, aunque ya no puedan tenerla enfrente.

Rendirle homenaje no es solo una forma de mantener vivo su recuerdo, sino de honrar todo lo que nos dio. Es prender una vela, dejar unas flores, mirar una foto, o simplemente cerrar los ojos y sentirla cerca. Es hablar de ella, contar su historia, mantener su nombre en nuestras conversaciones cotidianas. No por dolor, sino por amor.

Recordarla es afirmar que su presencia sigue siendo parte de nuestra vida. Que su risa no se ha apagado, que sus enseñanzas florecen en nuestras decisiones, y que su ausencia física no borra su importancia.

Este Día de la Madre, aunque el corazón se encoja, también puede expandirse. Puede llenarse de gratitud por haberla tenido, aunque haya sido por un tiempo finito. Puede celebrar lo eterno de su amor, porque eso —el amor de una madre— no muere. Solo cambia de forma.

Quien nos dio tanto merece ser recordada cada día, y especialmente en este. Porque su legado sigue vivo en lo que somos, en lo que damos, en lo que soñamos.

Hoy, más que nunca, celebremos a esa madre que ya no está, pero que vive eternamente en nosotros. Porque el verdadero homenaje es seguir amándola con la misma fuerza con la que ella nos amó.

Para todas esas madres que ya no están. Llévale las flores que más le gustaban y comparte con ella un momento de ese día.

947 24 43 44947 20 94 52 

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